el colegio de la frontera sur

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José Pedro Rivera Ciprian, estudiante de Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural con orientación en Entomología Tropical. (Generación 2015 – 2016), de ECOSUR Unidad Tapachula, obtuvo el grado de Maestro en Ciencias el día 30 de junio de 2017, con la tesis denominada Actividad enzimática proteolítica durante el desarrollo larvario de Anastrepha obliqua (Diptera: Tephritidae)

 

ENHORABUENA y FELICIDADES a José Pedro Rivera Ciprian, así como a su Comité Tutelar conformado por el Dr. Jorge Toledo Arreola (Director de tesis), Dra. Griselda Karina Guillén Navarro (Asesora), Dra. Marysol Aceituno Medina (Asesora), así como a sus sinodales adicionales: Dr. José Pablo Liedo Fernández, M. en C. Emilio Hernández Ortiz y el Dr. Salvador Flores Breceda.

Resumen

 Las enzimas digestivas desempeñan un papel importante en la alimentación de las moscas de la fruta Anastrepha obliqua (Diptera: Tephritidae), actúan sobre los alimentos ingeridos fraccionando las macromoléculas en moléculas de menor tamaño, de manera que pueden ser aprovechadas en su nutrición. En la naturaleza, las larvas de A. obliqua viven en la pulpa de las frutas hospederos y se alimentan de la misma. El contenido de proteína de los frutos hospederos generalmente es bajo en comparación con el que tienen las dietas formuladas empleadas para la cría artificial del insecto para el desarrollo de las larvas, sin embargo y aun con todas las diferencias, las larvas tienen la capacidad de desarrollarse en ambos sistemas. En este estudio se examinó la actividad de dos serinaproteasas (quimotripsina y tripsina) y dos metaloproteasas (carboxipeptidasa A y carboxipeptidasa B) durante el desarrollo de larvas de A. obliqua en dieta natural (frutos de Mangifera indica, cv. ‘Ataulfo niño’) y dieta artificial (formulación utilizada en la cría masiva de la especie). Se encontró actividad de las quimotripsina, tripsina, carboxipeptidasa A y carboxipeptidasa B en primero, segundo y tercer estadio de larvas desarrolladas en alimento natural y alimento artificial. Los resultados indican que para ambos tipos de dieta, el nivel de actividad de la carboxipeptidasa A y B fue aproximadamente 100 veces el nivel de actividad quimotripsina y 10.000 veces mayor que el nivel de actividad de tripsina. La actividad de la quimotrisina fue 100 veces mayor que la actividad de la tripsina. La actividad de las serina-proteasas aumentó con la madurez de la larva, y fue mayor en insectos alimentados con mango que en los alimentados con una dieta artificial. La actividad de las carboxipeptidasas A y B permaneció constante entre dietas y entre estadios larvarios.